No puedo hablar. No hay palabras que puedan explicar por lo que ha pasado mi hijo Kiran ni expresar su pena, su dolor, su miedo durante todos estos meses. Mi hijo de 16 años escuchando lo que vinieron a decirle los médicos el otro día es inimaginable, insoportable. Escuchar de su equipo médico que no hay futuro, no hay más oportunidades.
Y luego estamos nosotros: las tres hermanas, papá, mamá. Una hermosa familia de 6, unida y llena de sueños y proyectos colectivos e individuales.
Y luego está el silencio. Nada. Pánico.
Kiran es la persona más dulce que he conocido. Es amable, pacífico: desde que era un niño, Kiran siempre ha querido evitar cualquier conflicto y simplemente vivir la vida sin problemas e incluso tratando de pasar desapercibido en todo tipo de situaciones. Es sereno, reservado, evitando siempre hacer daño a nadie. Verdaderamente respetuoso, no solo como un niño educado con modales, sino profundamente respetuoso con todos los seres vivos que lo rodean. Nunca escuché una palabra de juicio de él. Para él, la vida parece significar la naturaleza en equilibrio, y eso es todo.
Mi hijo nunca ha ocultado que la comodidad significa felicidad para él. Es su situación natural. Acostarse en el sofá mirando al techo y pensar en silencio parece ser suficiente para él para sentirse. Es el niño menos consentido que he conocido, y nunca le ha interesado poseer cosas, bueno, ¡excepto su Play Station!
Pero todo ese equilibrio cosmológico se rompe repentinamente, y parece que la vida ya no está siendo tan amable con Kiran como siempre lo ha sido él con la vida. Sigue agradeciéndonos por haberle dado una infancia tan feliz.
Yo amo a mi chico. Me encanta como es. Y creo que la vida y el mundo serían mejores si pudiera quedarse más tiempo. Mucho más tiempo.
Por favor, por favor, por favor, ayudadnos a mantener a Kiran con nosotros. No quiero dejarle marchar.
PD: Olvidé decir lo valiente, maduro y fuerte que se ha vuelto mi hijo después de esta experiencia. Siempre ha sido una inspiración y hemos aprendido de él todos los días.
Cristina